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| Ayer domingo 21, quedará grabado por siempre en nuestras memorias |
A los que ayer domingo 21, no obtemperaron al llamado de rendirle un homenaje póstumo, frente al Unite Palace, a Nuestro Freddy, unos de las más valiosos dominicanos de los últimos tiempos, a esos les quiero mostrar un par de imágenes para que entiendan de donde viene la sensibilidad social y el valor histórico de este coloso que nos deja envuelto en un dolor desgarrante.
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| Este es freddy, el no solo habló duro, también era un hombre de acciones |
A pesar de que la invitación se difundió como pólvora por la red Facebook, los pelafustanes se quedaron acostados, era más cómodo quedarse viendo el entierro por televisión, igual hubiera pasado si fuera cualquier espectáculo, porque el pelafustán es indigno, el pelafustán es cherchoso y yo estoy seguro que de haber sido una chercha de romo y bachata, se hubiera llenado Broadway de punta a punta, porque los cherchosos solo se sienten convocados cuando hay “lambedera de comida y romo y de fondo la bachata de moda” , no se queda nadie en casa, si hay un vulgar pernil en juego acompañado del no menos corriente moro de habichuela negra, y de seguro que algunos tunantes esbozarán ahora el aspecto patrio en el sentido culinario, porque ahí si son buenos los pelafustanes, en confundir la vaina, donde son morosos es en apoyar acciones de solidaridad, más notorio si se trata de alguien a quien le sobraba esa virtud humana.
Ayer, fuimos el mismo grupito que está presente en todos los actos importantes del Alto Manhattan, a respaldar la iniciativa de unos cuantos buenos dominicanos, encabezados por Roberto Gerónimo y Elías Barreras entre otros destacados amigos; al frente de Unite Palace, a despedir a Don Freddy Beras Goico, uno de nuestros grandes hombres, que pronto será olvidado, al menos por los cherchosos, si, porque los cherchosos “bebe coronas”, no solo carecen de solidaridad, sino también de memoria. Ayer solo un grupito muy reducido, que no pudimos estar en Santo Domingo, nos reunimos en el sitio acordado, para acompañar desde aquí a ese amigo del pueblo, hasta su última morada, ¡los demás; muy bien gracias!
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