lunes, 28 de junio de 2010

Mujeres de Palabras , obra de controversias







El sábado 26 del corriente, se llevó a cabo la presentación del libro “Mujeres de Palabras” en The New York Públic Library (Biblioteca Pública de New York), en el Alto Manhattan,  dicho volumen, editado por la impresora Cayenas Publicaciones y que ha causado ciertas controversias en el mundo de los escritores dominicanos de la Gran Manzana, fue presentado por el Dr Jorge Piña, en un evento literaraio que tiene lugar el último sábado de cada mes.

En Mujeres de Palabras, obra que a juzgar por su título, debió tener solo la participación de las féminas, se infiltraron algunos masculinos que ahora, y no sabemos porque, denominan “hombres raros”. El propio Piña, es uno de esos “raros” que valiendose de su virtuosidad al embellecer págianas con su metapoesía, se infiltró y colocó en un rinconcito de "Mujeres de Palabaras", algunas de sus ya reconocidas obras.

Lo Propio hizo el conocido poeta Féliz García (otro de los “raros”), cuando con su poema “Orgasmo”deleitó y dejó perplejos a todos los contertulianos. De éste se oyó decir: “Sumo pontífice y plenipotenciario” al referirse al escritor Franklin Gutiérrez, quien emitió severas críticas a la obra en cuestión, al pronunciar públicamente que en ella “las mujeres de palabras se quedaron sin palabras”. Los pronunciamientos de Gutierrez provocaron un torbellino de reacciones a favor y encontra en torno a la cuestionada obra.

Karina Rieke, escritora y poeta, como acostubra, nos hizo un hermoso regalo: dos joyas de la literatura dominicana: “Mitolgía del instante” y “Semejanza de lo eterno”. Cuanta belleza puede nacer del vientre literario de una mujer.

Una de las más emotivas actuaciones, estuvo a cargo de Andreina Devers, quien subió el ritmo del evento al declamar el poema “Soy Mucha Mujer” de su autoría, el cual arrancó enardecidos apláusos.

El cierre del encuetro fue responsabilidad de la poeta Osiris Mosquea, quien antes de leer su poema

“Masacre” externó a alguanas críticas a Gutierrez, puentualizando que “ las mujeres de palabras, sí tienen palabras”.

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